La guía de estrategias de los grandes inversores
Si tuviéramos que armar una definición de manual de lo que significa esta estrategia diríamos que es el uso de conceptos, herramientas gráficas y matemáticas para estudiar el comportamiento histórico del mercado, y en base al resultado, predecir la tendencia futura del precio.
Esta estrategia fue impulsada por Charles Dow, el economista y periodista estadounidense fundador del prestigioso periódico, Wall Street Journal. Hoy en día la teoría Dow sigue tan vigente como en el siglo anterior.
Podríamos resumir la teoría de Dow en tres teoremas básicos fundamentales:
- El precio incluye toda la información: esta hipótesis es similar a lo que actualmente se conoce como eficiencia fuerte y semifuerte de los mercados. Los analistas técnicos confían en que el precio actual de una acción condensa toda la información disponible acerca de la misma. El análisis técnico utiliza la información capturada en el precio de un activo para interpretar lo que el mercado está diciendo, con el objetivo de formarse una visión sobre el futuro.
- Los movimientos de precios no son totalmente aleatorios: el análisis técnico se basa en la premisa de que los precios muestran determinadas tendencias durante ciertos períodos. Si los precios fueran totalmente aleatorios (impredecibles), sería imposible ganar dinero mediante el análisis técnico. El objetivo de un analista técnico es identificar estas tendencias y ganar dinero invirtiendo mientras se desarrollan.
- “Qué” es más importante que “por qué”: el análisis técnico sólo se preocupa por dos cuestiones, el precio actual y la historia del precio. Considera que el precio actual resulta simplemente de oposición de fuerzas de oferta y demanda, y no tiene ningún interés en explicar el porqué de los movimientos de precios.
José Dapena, Director de la Maestría de Finanzas de la Universidad del Cema, explica: “Me parece una estrategia que da resultados en el largo plazo. O sea, si se evalúa el comportamiento de una acción en ocho, nueve o diez años, puede ser efectiva, porque hay muchas cosas que en el corto plazo no se ven. Un ejemplo de esto es la evolución del Merval: si se observa desde 2002 en adelante, las acciones le ganaron a la inflación real. Y eso es algo que la gente no sabe”.
Algunos analistas técnicos han conseguido amasar grandes fortunas con esta estrategia, como: John Henry, Larry Hite, Richard Dennis, Michael Marcus y George Lane entre otros.
Análisis fundamental: el as bajo la manga de Warren Buffett
Todos escuchamos hablar de Warren Buffett, multimillonario, conocido como el “Oráculo de Omaha” por sus atinadas predicciones bursátiles.
Cierta vez le consultaron a Buffett su mirada sobre el análisis técnico y respondió: “me di cuenta de que el análisis técnico no funciona cuando di vuelta los gráficos y no obtuve una respuesta diferente”.
La piedra fundamental desde la cual se construyen las estrategias basadas en análisis fundamental o fundamentals es que el precio de una acción convergerá -tarde o temprano- hacia el verdadero valor del negocio.
Es el negocio lo que importa. El analista fundamental calcula el valor de una empresa e invierte cuando piensa que el precio actual de la acción subestima este valor. “Warren Buffett sabe buscar compañías que en determinado momento tengan valor bajo, pero tiene la firme convicción de que más adelante van a recuperar posiciones y alcanzar un alto costo. Para esto, mira empresas con bajos price earnings, pero con sólidas estructuras, pagaderas de dividendos, entre otras cosas”, afirma Víctor Poma, de Invertir Online.
Esta clase de analistas utiliza la información que pueda ayudarlo a calcular el valor de una compañía, la cual proviene muchas veces de los reportes financieros de la firma, la experiencia y calidad de sus administradores, la situación de la industria, la competitividad de la empresa, las tendencias de consumo y producción, entre otras.
Si hay algo que define “el método Buffett” son dos premisas: el largo plazo y la independencia de criterio. Es importante tener confianza en que con el correr del tiempo el valor del activo se verá reflejado en el precio, para evitar ser víctimas de movimientos especulativos o irracionales.
Tres herramientas de análisis fundamental
Un instrumento muy popular para el análisis fundamental es el ratio P/E price/earnings (precio/ganancias). Nos da una idea de qué valor el mercado le está asignando a cada dólar de ganancia de la empresa (la valuación de la acción). Nos permite diseñar destinos y planes de acción:
- Estrategia de valor (value): se enfoca en encontrar empresas que coticen a una baja valuación (bajo P/E). Generalmente se trata de negocios poco populares o fuera de moda. La lógica de la estrategia es que el mercado reconocerá el valor de la empresa y podrán obtenerse ganancias.
- Estrategia de crecimiento (growth): apunta a empresas de alta valuación, pero supone que el crecimiento será superior al de otras firmas. Con lo cual -aunque el ratio P/E se mantenga constante- las ganancias de la empresa crecerán muy rápido y es de allí de donde proviene la rentabilidad del inversor.
- Crecimiento a un precio razonable, (growth at reasonable price o GARP): representa un punto intermedio entre las estrategias de valor y crecimiento, aquí el foco está puesto en encontrar empresas que, cotizando a valuaciones normales para el mercado o la industria en la que operan, tienen una calidad superior al resto de sus competidores. Las ganancias esperadas pueden provenir tanto de su crecimiento como de aumentos en la valuación de la empresa.
Elegir por momentos para ganar siempre
En la vereda opuesta a la de Buffett se encuentra una estrategia que en la jerga financiera se conoce como “momentum driven” o “event driven”, y que basa las decisiones de compra y venta de una acción de acuerdo a un determinado momento de la compañía.
“Esta técnica consiste en aprovechar las irregularidades del mercado en un determinado punto. Por ejemplo, cuando se acerca la temporada de balances, al finalizar el tercer trimestre, la gente apuesta por acciones que anduvieron bien durante los primeros dos, ya que quieren aparecer en la foto como que sus inversiones fueron exitosas”, señala Poma. “Entonces, las acciones que más subieron en esa ventana de tiempo en particular representarán una ganancia segura en ese momento. Seguramente subirán un poco más, para luego del balance, volver a bajar”, explica.
Uno de los que mejor saben usar esta carta es el gurú del oro, John Paulson. Hace 20 años creó su propia compañía financiera, Paulson & Co, que según su propia página web se especializa en “estrategias de arbitraje basadas en eventos, incluyendo arbitraje de fusiones, reorganizaciones de quiebra y el crédito en dificultades, el crédito estructurado, recapitalizaciones, reestructuraciones y otros eventos corporativos”.
La filosofía de Paulson se basó en ser contrario al mercado y ver las bajas y subas de determinados activos en momentos bisagra. Su fortuna multimillonaria la hizo apostando a la baja a los títulos de hipotecas luego de pronosticar que se venía el estallido de la burbuja inmobiliaria, que derivó en la crisis subprime. Luego de sacar US$ 3.500 millones por este movimiento, derivó parte del capital a la compra de acciones de bancos estadounidenses, pensando en la recuperación del sistema financiero en 2009 a la salida de la crisis, donde acertó de nuevo.
Los métodos piqueteros
A veces, para tener éxito en los mercados, se necesita una dosis de malicia. Esto lo comprendió a la perfección Carl Icahn, el polémico inversor que suele ser tapa de las publicaciones especializadas por sus controversiales pero efectivos métodos.
Icahn ha sabido mover las fichas muy bien en los mercados desde que comenzó a operar. Los beneficios que ha obtenido a lo largo de la historia, parten de la base de que se trata de un hombre estudioso, con olfato para las finanzas y que sabe moverse como pez en el agua ante situaciones de solución compleja.
Su trayectoria tiene varios ejemplos de cómo supo meterse dentro de las compañías para desde allí lograr que se movieran en la dirección que lo favorecía. Para mencionar uno, recordaremos el caso Yahoo! en el que durante 2008, tras la fallida adquisición del buscador por parte de Microsoft, Icahn compra acciones de Yahoo! por US$ 1.000 millones para incrementar su participación a un 4,3%.
Organizó un levantamiento de los accionistas, designando a directores suplentes con la esperanza de despedir al CEO Jerry Yang y volver a entablar un diálogo con Microsoft. Posteriormente fracasó.
Fuente: Inversor Global
Informa: contadoresrosario.com